Control del proceso de impresión en color (2)

2019.11.23

Flujo de trabajo de gestión del color
El proceso de gestión del color se puede dividir en cuatro C: Calibración, Caracterización, Conversión y Verificación.
1 calibración. Ésta es la condición básica para una buena gestión del color. Se refiere a ajustar cada dispositivo, como pantalla, escáner, máquina de pruebas digitales y máquina de impresión, al estado estándar para garantizar que cumpla o sea preciso con las especificaciones del fabricante y mantenga cierta estabilidad. Asegúrese de que el color de su rendimiento sea igual o cercano al estándar habitual. La calibración es la base de la gestión del color y el punto de partida del trabajo. El propósito es calibrar el dispositivo y dejarlo funcionar de manera estable. La estabilidad del dispositivo es la condición básica para la gestión del color. Por tanto, la calibración es extremadamente importante en el proceso de gestión del color.
2 caracterización. Se refiere a la entrada o salida de estándares de color estándar en el dispositivo calibrado, luego mide estos estándares de color, determina las características de rendimiento del color del dispositivo en función de los datos obtenidos y establece un perfil de color (ICCProfile). El objetivo es establecer la representación del color del dispositivo o material y registrar matemáticamente sus características para la conversión del color. La caracterización es una parte importante de la gestión del color y es un requisito previo para la gestión del color.
3 conversión. Se refiere a la conversión del color de una imagen u otro objeto del espacio de color de un dispositivo al espacio de color de otro dispositivo para obtener un color visualmente consistente.
4 comprobar. Es decir, la inspección y evaluación de la coincidencia de colores entre dispositivos.

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